Comercialización de marfiles (I): piezas sin tallar

¿Qué debemos hacer si queremos vender un colmillo de marfil u otro animal considerado especie protegida?

Los trofeos de caza que pueden decorar nuestras casas y que proceden de algún aminal en peligro de extinción no es una mercadería cualquiera con la que se pueda actuar libremente a no ser que se disponga de la documentación adecuada. Si somos propietarios y nos planteamos la venta en un determinado momento, debemos considerar previamente ciertos puntos.

Diferenciaremos el material procedente de las especies protegidas sin tallar, por ejemplo, un cocodrilo o un colmillo de elefante, que es el caso más paradigmático, y en el próximo artículo nos centraremos en los materiales procedentes de especies en riesgo de extinción que han sido trabajados y que, por ello, han pasado a convertirse en obra de arte o Antigüedad y no sólo nos referiremos a los grandes colmillos o el caparazón de una tortuga, sino a pequeñas cantidades del material que han sido utilizados, por ejemplo, como pomos en un mueble antiguo o para decorar los mangos de los bastones y que nos pueden pasar desapercibidos.

Este tipo de transacciones está regido por el convenio CITES sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre cuyo objetivo es la conservación de las especies en peligro mediante mecanismos de control del comercio y que expede un documento acreditativo que certifica que la pieza está en regla. Este convenio protege unas 33.000 especies de las cuales sólo el 15% son animales (unas 5.000) y fue firmado en Washington en 1973 aunque no entró en vigor hasta 1975. Las fechas serán importantes dependiendo del país en el que nos encontremos. Inicialmente firmaron 21 países aunque en la actualidad son 180, prácticamente todos, los que están adscritos al acuerdo. España entró a formar parte en 1986, fecha a tener en cuenta por lo que explicaremos más adelante, y afecta a aquellas expecies recogidas en unas listas que cada año se revisan para preservar su conservación y luchar contra la caza furtiva.

morsas

No explicaremos cómo estos materiales se deben importar sino qué tenemos que hacer cuando tenemos un colmillo y no disponemos del certificado CITES que garantiza que la obra salió de su país de origen de forma legal y fue importada al nuestro en las mismas condiciones. Para saber si tenemos el documento válido, debemos recopìlar la documentación y buscar unas hojas donde aparezcan las siglas CITES y una numeración que corresponde a la pieza. En este caso podemos actuar con total libertad dentro de nuestro territorio. Si queremos, por el contrario, comercializar la pieza fuera de nuestras fronteras debemos solicitar un permiso a las autoridades a través del Servicio de Inspección SOIVRE de las Direcciones Territoriales y Provinciales de Comercio, adjuntando la documentación que tenemos para que tramiten la autorización de exportación. Si por el contrario nuestro padre o abuelo, que era un gran cazador, importó las piezas cuando todavía no era obligatorio en España el CITES (antes de 1986) y no tenemos documentación pero queremos venderlas tenemos que solicitar el CITES en las oficinas del SOIVRE. Si no disponemos de ningún tipo de documentación oficial lo que debemos hacer es intentar demostrar a las autoridades que la pieza estaba en España con anterioridad a 1986. ¿Y cómo se hace eso? Pues podemos echar mano, por poner un ejemplo, de los álbumes de fotos antiguos donde pueda aparecer en una foto el colmillo o aquello que queremos documentar y que quede demostrado que la imagen es anterior al 86 conforme a lo establecido por el Reglamento. Un caso práctico: si actualmente yo tengo 40 años y en la foto que sale el colmillo yo tenía 5, eso sería ya una prueba y podría servir para apoyar la expedición del documento. No sirven, por el contrario, las fotos de papá o del abuelo en el safari con el animal abatido o con el trofeo que son las fotos que suelen conservarse porque ésto sólo demuestra que la pieza fue cazada en su territorio (de manera legal o no) y lo que hay que demostrar es que la pieza ha entrado en nuestro país de manera legal, por lo tanto hay que demostrar que la pieza ya estaba en España antes de esa fecha.

Las piezas también pueden haber estado adquiridas en una tienda de decoración o en una feria de antigüedades hace unos años. Si conservamos la factura de compra, documento que siempre hay que solicitar y que es la única prueba de nuestra legítima titularidad, ésta puede ser demostración de nuestra adquisición dentro de la ley y puede ser mostrada a las autoridades competentes en el momento de solicitar la documentación adecuada.

La importancia del CITES radica en que sin él no se puede realizar ningún tipo de actividad comercial o lucrativa (venta, alquiler, exhibición o tenencia para la venta e intercambio). Además, el certificado es económico (sobre unos 20€ por ejemplar) y nos evitamos grandes sanciones y penas debido a que si el valor de las piezas es igual o superior a 50.000€ se considera Delito de Contrabando; si es menor a esta cantidad se tipifica como Infracción Administrativa de Contrabando aunque si la transacción se realiza en organización es considerado Contrabando siempre y las multas, dependiendo de la gravedad del asunto, pueden ir desde el 200 al 375% del valor del material siendo la multa mínima de 1.000€ independientemente del valor del objeto y además, en caso de tratarse de un profesional, se puede proceder al cierre el negocio.

colmillos de elefante

Para cualquier duda o gestión, CITES tiene una página web (encontrarán al pie del artículo el link) donde existen a disposición del ciudadano una serie de formularios para realizar consultas y gestiones.

Una vez tengamos nuestras piezas en regla tendremos que considerar otras cuestiones ya más propias de la valoración económica propia de esta mercancía y saber, que en los últimos años el mercado ha recibido una gran demanda de este tipo de obras debido al gusto que por estas piezas tienen las nuevas fortunas de los países emergentes puesto que las equiparan al gran lujo, lo que ha hecho que el mercado actualmente esté muy saturado y que encuentran comprador a un buen precio sólo las defensas más grandes y con un índice menor de curvatura.

http://www.cites.es

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